A más de diez años de haber leído esta novela, volví a leerla hace poco y me gustó más.
Siddharta es un niño en India, hijo de un brahman y elogiado en su comunidad por ser listo y diferente, desde la infancia tiene a su mejor amigo, Govinda.
Siddharta decir abandonar a su famila y seguir el estilo de vida ascético de un samana, limitando su supervivencia a las limosnas de la gente, sin artículos personales más que su ropa y comiendo solamente la comida indispensable para su supervivencia. Govinda lo acompaña en este camino, siempre admirándolo, piensan que así encontrarán la iluminación.
Durante su constante peregrinación conocen a Buda, quien impresiona por sus conocimientos espirituales; Govinda decide unírsele y no logra convencer a su amigo, Siddharta, quien decide seguir su rumbo.
Al llegar a una ciudad, Siddharta se topa con Kamala, una hermosa mujer quien le niega a él darle a conocer los secretos el amor y placer, muchos hombres pagan por estar con ella, pero como Siddharta no tiene dinero o pertenencias, promete volver con algo para ella. En la ciudad conoce a Kamaswani, un comerciante que se encariña con Siddharta y comienza a darle responsabilidades para llevar su negocio.
Ya con dinero, Siddharta vuelve con Kamala y se enamoran profundamente, manteniendo una relación por años, durante todo este tiempo, él empieza a olvidar la humildad con la que vivía siendo asceta y empieza a disfrutar y querer más bienes materiales. Dándose cuenta de que se ha convertido en todo lo que en algún momento odió, decide abandonar a la ciudad y a Kamala para seguir buscando su camino.
Al cruzar un río, Siddharta reconoce a Vasudeva, un viejo sencillo que le había ayudado antes con el cruce y le pide quedarse con él para acompañarlo. Siddharta aprende a estar más en contacto con la naturaleza y consigo mismo, llega a un punto medio entre su juventud miserable y su vida adulta vivida con excesos.
Años después, Kamala y su hijo, quien también es hijo de Siddharta cruzan el río en busca de Buda, es el padre el que los reconoce al momento de ayudarles con el transporte. La suerte de Siddharta de un giro inesperado, una serpiente muerde a Kamala y muere.
Siddharta se queda con su hijo, quien resulta ser muy diferente a lo que esperaba, es malcriado y difícil de complacer, no le gusta trabajar. Siddharta entiende que él también fue cruel con sus padres cuando comenzó su vida de samana e intenta ser más tolerante con su hijo, quien un día decide irse. Poco después, el anciano Vasudeva dice que comenzará un nuevo viaje para adquirir nueva sabiduría y se interna en la selva para nunca volver, quedándose Siddharta totalmente solo.
Pasa el tiempo y su amigo Govinda cruza el río con su ayuda, apenas logran reconocerse después de tantos años. Los amigos cuentan sus historias y finalmente se entiende que Siddharta cumplió su objetivo, es feliz y se encontró a sí mismo sin tener que seguir ninguna doctrina.
Siddharta es un niño en India, hijo de un brahman y elogiado en su comunidad por ser listo y diferente, desde la infancia tiene a su mejor amigo, Govinda.
Siddharta decir abandonar a su famila y seguir el estilo de vida ascético de un samana, limitando su supervivencia a las limosnas de la gente, sin artículos personales más que su ropa y comiendo solamente la comida indispensable para su supervivencia. Govinda lo acompaña en este camino, siempre admirándolo, piensan que así encontrarán la iluminación.
Durante su constante peregrinación conocen a Buda, quien impresiona por sus conocimientos espirituales; Govinda decide unírsele y no logra convencer a su amigo, Siddharta, quien decide seguir su rumbo.
Al llegar a una ciudad, Siddharta se topa con Kamala, una hermosa mujer quien le niega a él darle a conocer los secretos el amor y placer, muchos hombres pagan por estar con ella, pero como Siddharta no tiene dinero o pertenencias, promete volver con algo para ella. En la ciudad conoce a Kamaswani, un comerciante que se encariña con Siddharta y comienza a darle responsabilidades para llevar su negocio.
Ya con dinero, Siddharta vuelve con Kamala y se enamoran profundamente, manteniendo una relación por años, durante todo este tiempo, él empieza a olvidar la humildad con la que vivía siendo asceta y empieza a disfrutar y querer más bienes materiales. Dándose cuenta de que se ha convertido en todo lo que en algún momento odió, decide abandonar a la ciudad y a Kamala para seguir buscando su camino.
Al cruzar un río, Siddharta reconoce a Vasudeva, un viejo sencillo que le había ayudado antes con el cruce y le pide quedarse con él para acompañarlo. Siddharta aprende a estar más en contacto con la naturaleza y consigo mismo, llega a un punto medio entre su juventud miserable y su vida adulta vivida con excesos.
Años después, Kamala y su hijo, quien también es hijo de Siddharta cruzan el río en busca de Buda, es el padre el que los reconoce al momento de ayudarles con el transporte. La suerte de Siddharta de un giro inesperado, una serpiente muerde a Kamala y muere.
Siddharta se queda con su hijo, quien resulta ser muy diferente a lo que esperaba, es malcriado y difícil de complacer, no le gusta trabajar. Siddharta entiende que él también fue cruel con sus padres cuando comenzó su vida de samana e intenta ser más tolerante con su hijo, quien un día decide irse. Poco después, el anciano Vasudeva dice que comenzará un nuevo viaje para adquirir nueva sabiduría y se interna en la selva para nunca volver, quedándose Siddharta totalmente solo.
Pasa el tiempo y su amigo Govinda cruza el río con su ayuda, apenas logran reconocerse después de tantos años. Los amigos cuentan sus historias y finalmente se entiende que Siddharta cumplió su objetivo, es feliz y se encontró a sí mismo sin tener que seguir ninguna doctrina.
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